En nuestro país el teatro se considera un Servicio de Entretenimiento y Cultural, que pertenece al Sector Servicios, el más grande de la economía mexicana y, también, el más afectado durante la pandemia de COVID-19. Dada la complejidad de la situación por la que atraviesa el teatro, se proponen una serie de sugerencias para su fortalecimiento, mismas que recaen en múltiples actores: Gobiernos locales, universidades y compañías teatrales.
1.- Gobiernos Locales
Mucho se ha escrito sobre el papel que el Gobierno Federal debería tener para apoyar más la producción artística del país, así como la eficacia de sus políticas culturales. Sin embargo, los Gobierno Locales (municipios-alcaldías), considerados los más cercanos a la población, también podrían sumar esfuerzos para apoyar las actividades artísticas.
La administración de los auditorios o las casas de cultura municipales pasa por estos gobiernos, los cuales tienen a su disposición una infraestructura cultural con gran potencial. De esta manera, podrían invertir en crear compañías de teatro locales, con artistas de la comunidad, para reactivar los espacios públicos. El repertorio de obras enriquecería los festejos importantes, fomentando las tradiciones y cohesionando la identidad local.
En muchos países europeos, los gobiernos locales son quienes más impulsan las actividades teatrales mediante: 1) La financiación de compañías locales; 2) La creación de giras entre provincias; 3) El intercambio de artistas; 4) El uso de estrategias participativas donde se le consulta a la población las opciones de obras que se proponen montar para la selección final.
En México han existido gobiernos municipales que han apoyado la creación de compañías de teatro, desafortunadamente, estos programas se pierden con los cambios de administración. Cabe señalar que impulsar la creación artística en el entorno local contribuye a fortalecer el tejido social y garantizar los Derechos Culturales, de manera inclusiva y descentralizada.
2.- Universidades
Las instituciones de educación superior, públicas o privadas, que ofrecen estudios de teatro, podrían considerar actualizar sus planes de estudio para adaptarse a las necesidades laborales del sector, añadiendo materias complementarias de otras disciplinas como:
1) Producción de espectáculos y gestión cultural, promoviendo con ello la inserción de los egresados al mercado laboral.
2) Cine, televisión y narrativas digitales, con el objetivo de ampliar y enriquecer el campo de trabajo de los estudiantes.
3) Actuación frente a cámara, lo que también puede complementarse con Locución, Doblaje, Conducción y Casting, para ofrecer mayores herramientas prácticas.
Aunque algunas licenciaturas ya han hecho cambios significativos en sus planes de estudio, es importante seguir complementando y renovando estos conocimientos. Además, ofrecer seminarios, conferencias y clases magistrales con especialistas.
Así mismo, sería de gran ayuda vincular a los alumnos con empresas de entretenimiento/culturales mediante prácticas profesionales, contribuyendo a la creación de bolsas de trabajo.
3.- Compañías teatrales
Algo positivo para los artistas sería relacionar sus proyectos con agendas globales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para lograr mayores apoyos nacionales e internacionales, no sólo del Gobierno, sino de Fundaciones, Asociaciones Civiles, ONG´s, Embajadas, Organismos Multilaterales, etc.
Además, complementar su oferta artística con talleres donde utilicen las herramientas del teatro aplicado en otros sectores, como el educativo y el de la salud. Existen muchos estudios sobre los beneficios que los ejercicios teatrales pueden brindar en el desarrollo de niños, niñas y jóvenes, así como en la recuperación de pacientes con secuelas de COVID-19.
Finalmente, ampliar sus lazos de colaboración y generar alianzas estratégicas con otras compañías de artes escénicas, fomentando el intercambio de conocimiento y experiencias. Esto ayudaría a que sus integrantes reciban una formación continua e interdisciplinaria, que les permita desarrollarse artísticamente y consolidar la identidad de su compañía.
Conclusión
Las dificultades económicas, laborales e, incluso, sociales, por las que atraviesan los creadores de esta disciplina artística no son exclusivas de nuestro país, ni mucho menos responsabilidad de un sólo actor, por lo que una mejora en este sector requiere de acciones conjuntas. Es necesario valorar el teatro, más allá del teatro, para construir puentes de cooperación con otras áreas.
Vale la pena recordar que, en tiempos de crisis, el teatro siempre ha logrado adaptarse y resistir, gracias a su carácter presencial, potencial crítico y estructura dialéctica -basada en la empatía-, constituyéndose en un vehículo clave de la imaginación humana.
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